Si tienes una pyme, probablemente ya te has dado cuenta de que vender no siempre significa ganar. Puedes trabajar todo el mes, mover inventario, pagar proveedores, cumplir con tus clientes… y aún así terminar con la sensación de que el negocio no termina de despegar. Y no es solo una impresión: muchas empresas operan sin medir realmente cuánto están ganando después de cubrir todos sus costos, gastos e inversiones.
Aquí es donde entran los ratios de rentabilidad, esos indicadores que, bien usados, te muestran con claridad si tu negocio está funcionando como debería o si estás sosteniendo la operación a pura inercia.
No son fórmulas complicadas ni algo reservado para contadores; son herramientas prácticas que te permiten ver qué tan eficiente es tu empresa para generar utilidades.
Los ratios de rentabilidad son métricas que te muestran cuánto gana tu empresa con respecto a lo que vende, lo que posee o lo que han invertido los dueños. Es decir: no basta con vender mucho, también importa cuánto queda al final.
Por ejemplo: el margen neto muestra “de cada $100 de ventas, ¿cuánto queda como utilidad después de todos los gastos?”.
Para una pyme en Chile, los ratios de rentabilidad son como el termómetro que te dice si, al final del día, tus estrategias comerciales están dando frutos o si algo necesita cambiar.
Cuando tienes claridad sobre cuánto estás ganando, puedes responder preguntas como:
Medir la rentabilidad no es solo para gigantes: es clave para cualquier negocio que quiera afinar su gestión y ser competitivo.
Y ahí entra Maxxa: cuando sistematizas tus estados financieros y tienes una plataforma que te entrega visibilidad, puedes ver esos ratios en tiempo real y actuar antes de que sea tarde.
A continuación te dejamos los ratios más utilizados y cómo puedes calcularlos para tu empresa, cada uno con una breve fórmula y ejemplo.
Si usas un software contable como Maxxa, el cálculo puede ser automático, pero entender la lógica detrás de cada ratio es conveniente para ayudarte a tomar decisiones.
Fórmula: ((Ventas − Costo de Ventas) ÷ Ventas) × 100
Qué te dice: cuánto queda de cada peso de venta antes de los gastos operativos, administrativos, financieros e impuestos. Ideal para ver lo que ocurre con los costos variables.
Ejemplo: imagina que una pyme vende $100 millones al año y sus costos directos (materia prima + insumos) fueron $62 millones. Entonces: margen bruto = ((100-62) ÷ 100) x 100 = 38%. Ese 38% te dice que tienes un “colchón” frente a gastos fijos.
Interpretación: un margen bruto superior al 30% suele considerarse saludable en muchos sectores, pero lo recomendable varía según el rubro. Si el tuyo es menor, tal vez sea momento de revisar los costos.
Fórmula: (Utilidad operativa ÷ Ventas) × 100
Qué representa: ya considera los gastos fijos (administración, ventas, etc.). Muestra qué tan bien está operando el negocio en su actividad central, antes de financiamiento e impuestos.
Ejemplo: si tu utilidad operativa es de $10 millones sobre ventas netas de $50 millones, tu margen operativo es 20%.
Interpretación: este porcentaje te ayuda a marcar distancia entre el negocio principal y factores ajenos como intereses o impuestos. Si el margen operativo baja, ojo con los gastos administrativos o comerciales.
Fórmula: Utilidad neta ÷ Ventas × 100
Qué revela: aquí está el número mágico: cuánto de tus ventas realmente se convierte en ganancia, después de todos los gastos (directos, indirectos, financieros y fiscales).
Ejemplo: si tu utilidad neta anual es de $8 millones y tus ventas netas de $50 millones, el margen de utilidad neta es del 16%.
Comparación por sector: en servicios puede esperarse márgenes más altos por bajos costos variables; en manufactura puede estar más apretado. Lo importante: comparar con tu propio historial y con empresas similares.
Fórmula convencional: (Utilidad neta ÷ Activos totales) × 100
Qué mide: cuánto ganas por cada peso invertido en activos (máquinas, mobiliario, inventario, etc.).
Ejemplo: si los activos promedio de la empresa fueron $200 millones y la utilidad neta fue $10 millones, el ROA es de 5%.
Interpretación: si en tu sector el ROA estándar es 5-10%, y el tuyo es mucho menos, puedes analizar si tus activos están ociosos o poco rentables.
Fórmula: Utilidad neta ÷ Patrimonio neto × 100
Qué mide: cuánto ganan los dueños por cada peso que han invertido en la empresa.
Ejemplo: patrimonio neto $50 millones, utilidad neta $10 millones → ROE = 20%.
Cuidado: un ROE muy alto puede verse espectacular, pero también puede venir de mucho endeudamiento que eleva el riesgo. Verifica también otros ratios.
Si quieres conocer más sobre indicadores para evaluar la salud financiera de tu pyme, puedes leer este artículo sobre indicadores financieros.
Tener los ratios calculados es solo la mitad de la historia. Para que la información valga oro, debes interpretarla y compararla con meses anteriores, con competidores y con los promedios de tu sector.
Cada ratio es una pieza del rompecabezas. Por ejemplo: un buen margen bruto pero un mal margen operativo te puede indicar que los costos fijos están altos. Un buen ROE con mal ROA puede señalar que estás usando mucho endeudamiento.
En otras palabras: la rentabilidad real se ve al juntar los indicadores y ver la coherencia del negocio.
Mejorar tus ratios de rentabilidad nunca es tarea de un día, pero sí hay acciones concretas que puedes implementar:
Recuerda que el software adecuado es tu aliado. Maxxa te permite llevar el control preciso de ingresos, egresos, activos y patrimonio, generando reportes que facilitan mucho el análisis diario y la toma de decisiones.
Si buscas mejores prácticas para que tu empresa crezca y mejore su rentabilidad, te recomendamos el artículo “Cómo llevar a cabo la gestión empresarial”.
Medir estos ratios manualmente cada año está bien, pero para mantener vigilancia continua y reaccionar rápido, una plataforma que organice tus datos financieros es clave.
Con Maxxa, por ejemplo, puedes integrar estados financieros, obtener reportes automatizados y visualizar cómo cambia tu rentabilidad mes a mes.
Esto no solo ayuda a “saber” los números, sino a vivir con ellos, adaptando decisiones de negocio (precios, gastos, inversión) con base real.
Además, al tener visibilidad, tus conversaciones con bancos o inversionistas se vuelven más fuertes: puedes decir “miren, mi ROA es X% y con este proyecto esperamos subirlo a Y%” en vez de “creo que me va bien”.
Lo ideal es hacerlo mensualmente o trimestre a trimestre para tener alerta temprana y después revisarlos con más profundidad cada año.
Primero analiza la causa: ¿La venta bajó? ¿Los costos subieron? Luego actúa: ajuste de precios, renegociación de costos, revisión de activos.
Sí, sobre todo en pymes con estacionalidad. Lo importante es ver la tendencia anual y ajustar cuando haya desviaciones constantes.